Las pinas calles de la Villa de Arriba, se llenaron anoche de incienso y cera, tras el procesionar pausado y majestuoso del Ecce Homo de La Orotava. La imagen del Santísimo Cristo de La Cañita, de la parroquia de San Juan Bautista, lucía esplendorosa en su paso adornado con tulipanes rojos, con su túnica de salida de terciopelo rojo y bordados en oro.
A las 8 de la tarde comenzaba en el templo la Solemne Función Litúrgica del Lunes Santo, que contaba con la participación de todas las hermandades y cofradías penitenciales de la Parroquia, así como el acompañamiento musical del Coro de Ntra. Sra. del Carmen Coronada. Finalizados los cultos, a las 9:30 de la noche, salía la procesión formada por un número más que considerable de hermanos que llevaron sobre sus hombros el trono del Señor.
A la salida del cortejo, la Coral Polifónica Villa de La Orotava interpretó dos temas sacros desde las ventanas de la Casa de la Cultura Rómulo Bethancourt, como ya viene siendo tradición cada noche de Lunes Santo al paso del Señor de la Cañita. A las 11:30 de la noche, hacía su entrada en el templo parroquial de San Juan, completando un recorrido brillante, donde destacó el recogimiento, la devoción, y la solemnidad que los orotavenses manifestaron un año más a su Cristo regio y sedente.
I. G. S.
A las 8 de la tarde comenzaba en el templo la Solemne Función Litúrgica del Lunes Santo, que contaba con la participación de todas las hermandades y cofradías penitenciales de la Parroquia, así como el acompañamiento musical del Coro de Ntra. Sra. del Carmen Coronada. Finalizados los cultos, a las 9:30 de la noche, salía la procesión formada por un número más que considerable de hermanos que llevaron sobre sus hombros el trono del Señor.
A la salida del cortejo, la Coral Polifónica Villa de La Orotava interpretó dos temas sacros desde las ventanas de la Casa de la Cultura Rómulo Bethancourt, como ya viene siendo tradición cada noche de Lunes Santo al paso del Señor de la Cañita. A las 11:30 de la noche, hacía su entrada en el templo parroquial de San Juan, completando un recorrido brillante, donde destacó el recogimiento, la devoción, y la solemnidad que los orotavenses manifestaron un año más a su Cristo regio y sedente.
I. G. S.