Momentos antes de la salida procesional, la lluvia hacía acto de presencia en la Villa de La Orotava, cumpliéndose de esta manera las predicciones meteorológicas. Sin embargo, el estandarte de la Cofradía de la Santa Vera Cruz y Misericordia atravesaba el dintel del templo Matriz, dando comienzo la procesión. Aunque la lluvia deslució parte del recorrido, el trono de Santa María Magdalena y el Santísimo Cristo Predicador salieron a la calle de forma impactante. La imagen de la Magdalena penitente lució un enrame de lilium naranjas que, junto al elegante traje rojizo de la imagen daban un colorido cálido a la procesión. El Cristo, en cambio, portó este año su magnífico traje morado con bordados en oro, en contraste con las rosas granates que decoraban su sillón de estilo rococó. La banda de cornetas y tambores de San Juan Bautista dieron el broche a una procesión que triunfó sobre el mal tiempo.
J.H.M
