domingo, 3 de abril de 2011

El Pregón de un villero, que habló “entre villeros”.

Así se sintió Don Santiago González Hernández, un pregonero que hablaba de su Semana Santa, “un villero, entre villeros”. Nos lo transmitió con sus palabras, y sin lugar a dudas, lo consiguió.

Anoche, en la Parroquia de San Juan Bautista de La Orotava, tuvo lugar la celebración del Pregón de la Semana Santa 2011, y sin duda, creo no equivocarme cuando digo que este Pregón de Don Santiago, pasará a la historia de nuestro pueblo, y de nuestras Hermandades y Cofradías. Una historia que de por sí es rica y centenaria, pero que en la noche de ayer, Don Santiago engrandeció con su magnifica oratoria, su historia narrada, descrita, brindada a su pueblo sin reservas; una historia particular que se hizo tan nuestra, tan propia para los que la escuchábamos, que logró que el ambiente cofrade que se respiraba en el templo, se inundara de incienso orotavense, de esencia villera. Un Pregón muy suyo y a la vez muy de todos, pues todos nos sentimos identificados con él.

El acto fue conducido por Don Vilehaldo Arzola, dando primeramente la palabra a Don Pedro Jorge Benítez, párroco de San Juan Bautista, quien dio la bienvenida a todos los presentes y tuvo palabras de agradecimiento y felicitación a Don Santiago. Luego tuvo lugar la actuación de la Coral Liceo de Taoro, que corrió a cargo de la parte musical con una brillante interpretación, y finalmente fue presentado el pregonero, labor que recayó en Don Domingo Hernández.

Fue entonces el momento para el silencio y la expectación. Se bajaron las luces de la iglesia, y con una magnífica puesta en escena audiovisual, comenzaba por fin, el Pregón. El recuerdo para Don Buenaventura Machado Melián, Doña Gloria Rodríguez Pérez, y para el Rvdo. Padre Antonio, recientemente fallecidos, no se hizo esperar, y desde el primer momento, aparecieron proyectados en la pantalla. Poco a poco, y con gran acierto, Don Santiago nos fue atrayendo hacia su discurso, desde lo general a lo particular, haciendo que los que lo escuchábamos perdiéramos hasta la noción del tiempo. No faltaron notas de humor, de emoción, de vivencias personales cargadas de añoranza y dignidad, de metáforas y espejos que lograron la empatía con el público, la expresividad hecha verbo, adjetivo y adverbio. Don Santiago hablaba, exaltaba y se sinceraba. Escuchamos al sacerdote, al niño, al joven, al devoto, al cofrade, al hijo, y al nieto. Vivimos el pregón, es más, vimos el pregón.

Orotava Cofrade quiere mediante estas líneas, felicitar una vez más a Don Santiago, agradecerle que se haya acordado de nosotros en sus palabras finales, y desearle que siga viviendo nuestra Semana Santa del mismo modo que nos la trasmitió, pues sin duda, siendo así, su corazón no puede estar más orgulloso y satisfecho.

I. G. S.