En la tarde de ayer tras la Solemne Eucaristía, en la que predicó el Vicario General, Don Domingo Navarro Mederos, con dicha homilía quiso hacernos llegar el mandamiento de amar al prójimo como a nosotros mismos, tan importante para la vida del cristiano, la querida imagen del Santísimo Cristo del Calvario procesionó por las calles de la Villa, en un atardecer cargado de emotividad y recogimiento.
La venerada imagen fue en todo momento acompañada por su especial legión, una cohorte de hombres y mujeres a quienes une su cariño y devoción a esta entrañable imagen, su Venerable Hermandad de Misericordia del Calvario. Decenas de cirios prendidos iluminaron su caminar, al sonar del redoble de tambor. En todo momento el Señor fue acompañado por sus fieles devotos, agolpándose alrededor de su trono. Se vivieron momentos muy especiales como la estación ante la iglesia de San Agustín o la entrada en su Santuario al son de su Himno, interpretado espléndidamente por la Banda de música de la Agrupación Musical Orotava.
Otro año más al atravesar el dintel, se guardará este relicario de nuestros mayores, al que han querido tanto, se guardará hasta su próxima salida, en Semana Santa, un icono que acoge tantas y tantas plegarias, una imagen que esconde tras de si una senda de cientos de personas que recurrieron a Él en tantas y tantas ocasiones. Que sigamos venerándolo como hasta ahora, desde el corazón y el cariño, haciendo de estas tradiciones vivas, nuestra bandera y orgullo.
G. C. H.
