Son días especiales, días propicios para orar y meditar acerca de nuestra vida, acerca de la coherencia y la entrega que hacemos hacia el Evangelio, y por él, hacia los demás.
Y como el dicho que dice que una imagen vale más que mil palabras, la imagen que centra todas nuestras miradas hoy, es una escultura de nueva manufactura del escultor orotavense Pablo Torres y situada en la parroquia dominica de Santo Domingo de Guzmán.
Jesús es despojado de sus vestiduras, despojado incluso de su dignidad, pero jamás fue despojado de sus creencias firmes en la bondad y misericordia del Dios que es todo amor. Se despojó de todo lo material para ser más transparente si cabe, y entregarse plenamente a los demás, cada herida fue una entrada a la casa del Padre y una salida de donde emana como la fuente de agua viva todo su amor.
Hoy Jesús del Despojo centra nuestras miradas, congregándonos en torno al banquete eucarístico a las 7 de la tarde. En el transcurso de la celebración tendrá lugar la imposición de las medallas a los nuevos cofrades y el relevo del Hermano Mayor. Seguidamente, por el trayecto de costumbre, y como una prolongación de la Eucaristía, seguirá Cristo anunciando por las calles y plazas que Él se despoja de todo por amor a nosotros, por nuestra Salvación.
Que estos días estén llenos del despojamiento de todos aquellos accesorios que cargamos en nuestras vidas y que nos impiden acercarnos, vivir y sentir la realidad del Evangelio.
