martes, 12 de marzo de 2013

Entrevista a Ernesto Granja Corbacho, pregonero de la Semana Santa de La Orotava 2013

El pasado sábado 9 de marzo tuvo lugar en la Parroquia de San Juan Bautista la lectura del Pregón de la Semana Santa de la Villa de La Orotava para este año 2013. Uno de los actos más esperados dentro de esta Semana Mayor y cuyo papel principal recayó este año en el Rvdo. Sr. D. Ernesto Granja Corbacho, director del Colegio salesiano San Isidro Labrador, de esta Villa.
Como cada año, el equipo de Orotava Cofrade a tomado la oportunidad que nos ha brindado ésta emotiva ocasión para llevar a cabo una sencilla entrevista con el fin de conocer un poco más al pregonero de nuestra Semana Santa, realizada el pasado viernes 8 de marzo en el Colegio salesiano de San Isidro Labrador, de La Orotava.

Orotava Cofrade: Lo primero es preguntarle por lo más básico: ¿Esperaba ser el pregonero oficial de la Semana Santa villera 2013?

Ernesto Granja Corbacho: ¡No! Fue una sorpresa y me encantó...No pude decir que no.

O.C.: ¿Quiénes le presentaron la propuesta y cómo se lo tomó?

E.G.C.: Pues me llamó por teléfono el Teniente-Alcalde Don Francisco Linares directamente, con él fue con quién hablé y nada, le dije que sí. No hubo nadie de por medio (risas).

O.C.: ¿Qué significa para usted ser pregonero del 2013?¿Qué siente?

E.G.C.: Hombre, pues la verdad que mucha ilusión porque realmente viene a constituir también un reconocimiento público a lo que se va haciendo con Los Salesianos. Y claro (sonrisa), a mí es que me gusta mucho la Semana Santa, así que... son tantas cosas ¡que uno no puede decir que no!

O.C.: Una persona para usted, natural de una tierra acostumbrada a estos temas cofrades, ¿cómo ve la Semana Santa de la Villa?

E.G.C.: Pues la Semana Santa de aquí es muy peculiar y diferente a la andaluza, claro. Pero uno va descubriendo cosas que se asemejan. Voy conociendo ya muchas "semanas santas", muchas procesiones y voy encontrando abundantes puntos comunes. Por ejemplo, la sensibilidad cofrade que existe en el corazón de muchos villeros, que es exactamente igual a la de muchos sevillanos, mucha gente de Zamora o muchas personas de Valladolid...en esencia es la misma.

O.C.: ¿Cuáles son las dos características que más destacaría de la Semana Santa villera?

E.G.C.: La sencillez y la participación de todo el mundo. No es una Semana Santa cerrada...no es exclusiva de las hermandades sino que todo el mundo participa. 

O.C.: ¿Plena libertad a la hora de crear el pregón, o limitaciones indicadas?

E.G.C.: Limitaciones de tiempo. Me dijeron que no fuera muy largo, yo lo estoy intentado, pero no sé si lo conseguiré (risas). El pregonero normalmente tiene carta blanca para hablar de lo que quiera, siempre y cuando sea referido a la Semana Santa, claro está. 

O.C.: Sabemos perfectamente, y en especial los que hemos compartido momentos con usted, que es una persona a la que le gusta mucho el orden y lo bien hecho, un incensario bien usado y una casulla buena bien puesta (por decirlo de alguna forma), pero también conocemos que su vida son los jóvenes y, vinculado a ello, otra de sus características: la adaptación a los nuevos tiempos. Con usted hemos visto celebrar la Cena del Señor con un grupo amplísimo de jóvenes y con una organización realmente novedosa, pero a la vez solemne y con una antigua casulla de guitarra... ¿en su pregón se plasmarán esas dos vertientes o por el contrario optará por una de ellas?

E.G.C.: (Risas) ¡Estamos intentando hacer un poquito de todo! (risas). Las dos cosas, sí, intentando que sea un poquito de "corte clásico", hablando de hermandades, de imágenes, de momentos entrañables de la Semana Santa, pero siempre intentando aportar alguna novedad. En contreto, este año, he introducido algunas canciones que voy a cantar en mitad del pregón...¡a ver qué sale!

O.C.: A la hora de desarrollar el pregón, ¿ha optado por prosa o por verso? ¿O quizás por la fusión de ambas?

E.G.C.: Yo no soy de verso, soy de prosa, pero lo que sí hice fue buscar algunas poesías de la literatura clásica castellana y las he añadido a mi pregón, pero que quede claro que las dos o tres poesías que habrá no son mias, son copiadas (sonrisa).

O.C.: Sin desvelar grandes rasgos ¿Cuál será la clave de este pregón? ¿Muy de sacerdote, muy villero, muy salesiano o muy de vivencias personales?

E.G.C.: Mira, vivencias personales, muchas, no puede haber, porque evidentemente en estos cuatro años de Semana Santa en la Villa he conocido poco, por razones pastorales, porque estoy dentro del colegio con los chicos, pero estoy intentando que sea muy evangélico y que a la vez resuma que sea un poquito salesiano, un poquito villero, que sea cofradiero y especialmente que sea juvenil y que lo entienda cualquier persona, que no se quede sólo en el corazón de los cofrades, sino que llegue a quienes no son de cofradías también.

O.C.: ¿Qué importancia cree que tiene el pregón de cara a la sociedad?

E.G.C.: Bueno... (risas) pues no se hasta dónde llegará el pregón, si se quedará a régimen interno de las iglesias y de las hermandades o trascenderá más allá. No lo sé. La verdad que en esta sociedad un poco descreída o increyente, no creo que vaya más allá de las personas cristianas.

O.C.: Ya nos ha indicado en relación al tiempo, pero para concretar un poco, ¿el sábado debemos ir con la idea de un pregón extenso o corto?

E.G.C.: Lo leímos el otro día de seguido y duró treinta minutos. Supongo que con las pausas y entonaciones propias llegaremos a los cuarenta y cinco o cincuenta minutos. Vamos, ¡lo mínimo que se despacha! (risas).

O.C.: ¿Cuál será su gran momento de la Semana Santa villera? El más entrañable, el que más le ha marcado...

E.G.C.: (Risas). El Burrito, ¡vamos! ¡sin dudarlo! La subida por esa calle del Calvario...es que es una preciosidad. Y la entrada en la parroquia de La Concepción me emociona todos los años, ¡todos los años!

O.C.: Un mensaje o consejo para todos los villeros en esta Semana Santa

E.G.C.: ¿Un consejo para los villeros? Pues que sean buenos cristianos y honrados ciudadanos. Lo único que se le puede aconsejar a un cristiano en estos tiempos es eso. Que de verdad, los momentos de la Semana Santa sean el reflejo de todo lo que se vive durante el año, concentrado en unas pocas horas acompañando a una imagen, pero que no se reduzca a una procesión nuestra vivencia cristiana.