sábado, 7 de julio de 2012

Una fuente de agua viva

Acabamos de comenzar este mes de julio, este mes estival tan esperados por muchos. El aire fresco de la mañana se une al cantar de los pájaros, el sol brilla sobre la cálida arena, y un desatino de serenidad nos mece en calma en nuestro paseo matutino, en nuestro ir y venir de nuestros menesteres diarios...esa mente que vuela más alto que los pájaros para rozar las vaporosas nubes que tejen nuestro emblemático telón veraniego... Muchos aprovechamos estos días para desasirnos de todo, para relajarnos, pero..¿de qué nos desprendemos si nos llenamos de mil vanidades? Buscamos el agua que nos quite la sed, pero en vano al poco tiempo volvemos a necesitar agua para refrescarnos. Desprendámonos de todo para así «darnos del todo al Todo». María es esa fuente que contiene el Agua viva. Un acueducto que transporta el agua más pura y cristalina hasta nuestros corazones como ese río que trae el agua desde las pulcras montañas hasta las ciudades. Debemos alimentar ese río con los peces de las virtudes, para que se dirijan hacia dentro y crien otros muchos. 

Aprovechemos estos días donde María se nos torna de nuevo referente para cultivar lo mejor de nosotros, acercarnos un ratito a solas para meditar las virtudes de María, modelo de Fe, pues «la oración a solas no es huir de nadie sino ir hacia Alguien». Por ello, no olvidemos la invitación que nos hace nuestra Madre a estar con Ella, pues «si el pozo no mana, nosotros no podemos sacar agua. Verdad es que no hemos de estar descuidados para que cuando la haya, sacarla». 

J. H. M.