La parroquia de Ntra. Sra. de la Concepción, brilló con luz propia en la jornada de hoy, 8 de diciembre, con motivo de la festividad de su titular. Tal y como estaba previsto, a las 11:30 de la mañana dio comienzo la Solemne Celebración Eucarística en honor de la Inmaculada, presidida por el Rvdo. Sr. D. Domingo Navarro Mederos, Vicario General de la Diócesis Nivariense, acompañado por Don Antonio Hernández, párroco de La Concepción de La Orotava, y otros sacerdotes invitados.
El templo, lució un hermoso ornamento floral de rosas, jerberas, lilium y crisantemos, predominando las tonalidades rosa palo y blanco. El azul, color litúrgico propio del día, estuvo también presente como no podía ser de otra manera, en distintos enseres de altar.
Las corales de la Villa fueron las encargadas de la parte musical, donde el magnífico órgano de la parroquia también tuvo su lugar. La homilía estuvo a cargo del Vicario General, centrada en el papel de María, como Camino a la Conversión, reflejo del Bien y la Verdad, que como cristianos, debemos siempre buscar.
Tras la Eucaristía, y pese a las desalentadoras predicciones meteorológicas, la imagen de la Purísima (anónima del siglo XVII, remodelada por Fernando Estévez en el siglo XIX) lograba salir del templo, para realizar su salida procesional por el trayecto de costumbre. Tras cruzar el umbral de la puerta, fue recibida por el Himno Nacional, interpretado por la Agrupación Musical Orotava y la Banda de Cornetas y Tambores de San Juan Bautista, las miradas de todos los villeros congregados en el lugar, y por una gran lluvia de pétalos (afortunadamente, la única lluvia que cayó en La Villa), que descendió desde lo alto de la cubierta del templo matriz.
Aproximadamente una hora después, la Inmaculada Concepción retornaba de nuevo a su templo, para culminar así el acto principal de su fiesta, que recuperó el que fuera su horario habitual hace años. La numerosa asistencia de fieles demuestra que es el horario más adecuado, y que esperamos tal y como anunció el párroco Don Antonio Hernández, quede ya para el futuro.
El templo, lució un hermoso ornamento floral de rosas, jerberas, lilium y crisantemos, predominando las tonalidades rosa palo y blanco. El azul, color litúrgico propio del día, estuvo también presente como no podía ser de otra manera, en distintos enseres de altar.
Las corales de la Villa fueron las encargadas de la parte musical, donde el magnífico órgano de la parroquia también tuvo su lugar. La homilía estuvo a cargo del Vicario General, centrada en el papel de María, como Camino a la Conversión, reflejo del Bien y la Verdad, que como cristianos, debemos siempre buscar.
Tras la Eucaristía, y pese a las desalentadoras predicciones meteorológicas, la imagen de la Purísima (anónima del siglo XVII, remodelada por Fernando Estévez en el siglo XIX) lograba salir del templo, para realizar su salida procesional por el trayecto de costumbre. Tras cruzar el umbral de la puerta, fue recibida por el Himno Nacional, interpretado por la Agrupación Musical Orotava y la Banda de Cornetas y Tambores de San Juan Bautista, las miradas de todos los villeros congregados en el lugar, y por una gran lluvia de pétalos (afortunadamente, la única lluvia que cayó en La Villa), que descendió desde lo alto de la cubierta del templo matriz.
Aproximadamente una hora después, la Inmaculada Concepción retornaba de nuevo a su templo, para culminar así el acto principal de su fiesta, que recuperó el que fuera su horario habitual hace años. La numerosa asistencia de fieles demuestra que es el horario más adecuado, y que esperamos tal y como anunció el párroco Don Antonio Hernández, quede ya para el futuro.
I. G. S.