Esta
tarde la Villa entera se vuelve a vestir de marrón, hoy vuelve a desempolvar
los antiguos escapularios heredados de madres a hijas, hoy vuelve con mimo y
cariño a dar brillo a las argénteas medallas, hoy como ayer, vuelve a rendirte
su más sincero y emotivo homenaje, pues no olvida que tu eres su Reina y
Señora, no olvida, que tras las empinadas calles, que tras ascender la costosa
calle de Los Tostones, María, Esplendor del Carmelo, se encuentra como fuente
de agua viva que sacia a cuantos se acercan a su divina y maternal protección.
Ella
nos brinda por su Santo Escapulario la protección divina al hombre incrédulo,
pues quien muriere con él no padecerá del fuego del infierno, en él se recoge
el santo madero, cruz redentora a la que los cristianos nos abrazamos con
entrega.
Esta
tarde al dar comienzo las Novenas a Ntra. Sra. del Carmen, Reina de Cielos y
Tierra, Señora y Madre de nuestra Villa, volveremos a renovar y hacer viva las
tantas y tantas generaciones de villeros que desde todos los puntos del municipio
y la comarca, se han acercado a su altar de San Juan, altar que sale de la
parroquia para instalarse en los hogares de la Villa, para instalarse en los
corazones de los que amamos a la Madre de Dios, a pedirle y rogarle, a darle
unas gracias tan distintas tan diferentes, a simplemente, quedarse quitos
anonadados con su mirada y belleza.
Volvamos
un año más a sus novenas, volvamos con nuestros escapularios y medallas,
volvamos a vestir nuestros corazones de la grandeza del Carmelo. No dejemos
pasar esta nueva oportunidad.
A las 8
de la tarde nos espera María, simplemente Ella, con su evocadora sonrisa, y su
Divino Infante, Mesías prometido por los Profetas, que si bien nos dio la
Salvación por la Cruz en el Gólgota, hoy en el Carmelo no regala su protección
en el paso trascendental de la Tierra al Cielo, de la tierra a su celestial
presencia.
Hoy y
hasta el próximo día 17 de julio, a las 8 de la tarde, tendremos las Novenas en
honor a Ntra. Señora del Carmen.
Revistámonos de Cristo Jesús por María, revistámonos del Santo Escapulario.
G. C. H.