La Venerable Hermandad del Santo Entierro, de la Parroquia de San Juan Bautista y fundada en el año 1992 era hasta ahora la única corporación villera de sección masculina. Con la nueva junta de gobierno erigida en abril del año pasado se fue perfilando la idea de dar un cambio a esta hermandad del Viernes Santo. Es un paso clave que trajo consigo muchas meditaciones y reflexiones pero la incorporación de las mujeres a la hermandad era un paso decisivo y en cierta manera fundamental, pues ello significaría el crecimiento y la vinculación de las mujeres con la imagen del Señor Muerto.
Como viene siendo tradicional, todas las hermandades del municipio están llamados a asistir a esta procesión del entierro de Nuestro Señor, siendo así, todas aquellas mujeres que querían asistir a la procesión lo podían perfectamente con el distintivo de su hermandad, hecho que no cambiará en años venideros, no obstante hacía necesario la vinculación, la identificación de este colectivo tan importante de nuestra Semana Santa con esta hermandad.
Trascurrido todo el proceso de modificación de los estatutos y la aprobación del Obispado, el pasado jueves hubo el primer contacto con las aspirantes a la hermandad. En dicha reunión se han decidido aspectos claves para la formación de esta sección de la hermandad.
El conjunto de aspirantas han decidido recuperar para nuestra Semana Santa el antiguo velo con que antiguamente las señoras se cubrían la cabeza en los oficios religiosos, como una seña propia de identidad que marque el luto, la sencillez de aquellas mujeres que acompañaron a Jesús hacia el sepulcro. Esta ha sido su marca, su distintivo más peculiar, manteniendo el tradicional traje de falda y chaqueta negra. Como insignia portarán una medalla por estipular aún, que penderá de un lazo negro.
Por el hecho de tener que comprar la vela para la procesión, se ha establecido una cuota anual de 6 euros que se equipararía a la de los hombres, 10 euros.
Ha sido este un paso importante para la Hermandad del Santo Entierro, pero a su vez en un paso que enriquece más aún si cabe nuestra semana grande, la Semana Santa por antonomasia de las Islas Canarias.
Animamos desde aquí a todas aquellas mujeres que deseen sumarse a esta loable iniciativa dirigiéndose a algún miembro de la junta de gobierno
G.C.H.
