
Fue una hecho, que aunque hoy nos parezca sin importancia, es digno de recalcar, ya que como están los tiempos, en los que pondera más el ateísmo y el alejamiento de la sociedad de Dios, que por subscripción popular se haya dedicado una calle a una devoción tan particular como global como es la carmelitana, es un acto sin precedentes ya que todos los partidos políticos que conforman la Corporación Municipal de la Villa aprobaron sin ninguna reticencia este anhelo que sentía parte de la población orotavense.
La devoción mariana por exelencia en la Villa, veía esa tarde otoñal como se cerraba o se abría, otro capítulo en su dilatada historia. Al son de la Salve Marinera, María Santísima se dispuso a recorrer su pequeña pero coqueta calle, siendo aplaudida y homenajeada por todos sun vecinos. Como lo hizo hace ya veintidós años, en su entrada a la Plaza del Ayuntamiento para ser coronada, volvió a hacer que la emoción y algunas lágrimas formaran una nudo en nuestras gargantas. Vivencia que se quedará grabada en nuestras retinas para siempre.
Seguidamente tras el acto institucional por parte del Ayuntamiento y tras las palabras del párroco y el presidente de la Cofradía, se dispuso al homenaje de los vecinos de la calle que ofrecieron su Reina y Señora un broche en forma de barco. Sin más, se dió paso al descubrimiento de la rotulación de esta calle con las notas de un alegre pasodoble interpretado por la Banda de Música. Seguidamente trascurrió entre repiques de centenarias campanas la sagrada comitiva rumbo a la parroquia.
G.C.H.
G.C.H.