A ti Dios te vistió de oro y plata hija de Sión, fue a ti a
la que visitó el ángel Gabriel diciendo “Salve
llena de gracia, el Señor es contigo”, tenías que ser Tú la mujer sencilla
de Nazaret que traería al mundo al hijo de Dios, fue a ti el níveo ser al que
Simeón profetizó aquella espada de dolor que atravesaría tu alma derramando la
gracia de la corredención del género humano, tenías que ser Tú la mujer que nos
indicara que Cristo es el único camino con “haced
lo que Él os diga”, ibas a ser Tú la
madre de toda la humanidad cuando en el Gólgota dijo Cristo “hijo ahí tienes a tu madre”, tenías que
ser la nueva Eva a la que todos llamarían la Tota Pulcra, la siempre virgen y siempre inmaculada, tenías que ser Tú la que los ángeles subieran
en cuerpo y alma a los cielos para ser ceñida con la áurea corona de Reina de todo
lo creado. No podía ser de otra manera, tenías que ser Tú la que bajara al
Monte Carmelo a visitar a un hombre sencillo a obsequiarlo y con él a toda la
humanidad, con el Santo Escapulario, para revestirnos por siempre de tu imagen
bendita y contigo, revestirnos de Cristo.
Tenías que ser tú, oh marinera, marinera de tierra adentro,
marinera por las calles, marinera por la plaza, marinera por los montes y por
las playas, marinera de alegrías y de penas, marinera de afligidos y
exultantes, marinera de mi amor y mi esperanza, tenías que ser Tú la marinera
que fuera a faenar con las redes de su Santo Escapulario para hacernos llegar
al puerto firme de Cristo.
Porque en San Juan tiene La Orotava el ancla segura donde
descansa su Fe, porque en tu capilla tiene La Orotava el faro, la luz y guía,
porque desde la Villa Arriba contemplas la mar en calma de tu pueblo que se
alarga y que se funde en el horizonte con la mar y con la aurora, con la
infinitud de la belleza de tu cara, porque en tu retablo y tu camarín arriban
los destinos de los villeros que por tradición y por historia siempre han
llevado tu Santo Escapulario, es tu altar la eslora donde faenas la protección
de tantas almas que perdidas recurren a ti, eres Tú nuestra proa y nuestra
popa, nuestra vida entera, porque en ti tiene la Villa su mejor baluarte.
Es La Orotava por
antonomasia la Villa Eucarística de las villas, pero es La Orotava para este
año 2013 también VILLA MARIANA,
porque si adora toda ella a Jesús Sacramentado, a Cristo vivo y presente en la
Sagrada Forma, no podía venerar menos a su Amantísima Madre en la advocación
tan hermosa y tan bella del Carmelo.
Carmen en latín significa poema, y el poema no es más que un
cántico bello y hermoso lleno de sentimientos y experiencias, ¿y no es La
Orotava un jardín florido hecho poema abierto al mar y al Mundo que se
ofrece para dar gloria y alabanza a
Dios? ¿No es la Virgen del Carmen rosa y azucena, no es orquídea y jazmín, no
es nardo y amapola, no es Ella toda eterna primavera? Es ella el mejor de
nuestros cantos y el mejor de nuestros poemas, es la mejor de las flores,
porque es lo mejor de nosotros mismos. Ella es la mejor flor que se le ofrenda
a Jesús Sacramentado pues Ella es su primer y mejor sagrario. Es mi Carmen un
elocuente Jardín de las Hespérides donde habita la fontana de la eterna
juventud, donde nace el drago y la retama, donde crece la sabina y el pinar
Se erige La Orotava como Villa Mariana Carmelitana en este 2013. Año lleno de aniversarios
entrañables y significativos para el municipio. Se presenta un año donde
conmemoramos el 225 Aniversario del nacimiento del insigne escultor villero
Fernando Estévez, al cual se le atribuye la gubia de la Señora, el I Centenario
de la Entrada del Corpus a la Plaza del Ayuntamiento, el 225 Aniversario de la Apertura
del templo actual de la Concepción, la “Catedral
del Norte”, decir desde aquí que sería bueno retomar aquella inquietud del
pueblo villero de hacer de su matriz parroquia Basílica Menor ya pensada desde
1906 o el 25 Aniversario de la Primera Salida Procesional de la Seráfica y
Milagrosa Imagen de Ntra. Sra. de la Caridad, y entre tanto, la imagen mariana
por excelencia del municipio celebra la dignidad y el privilegio que da la
Iglesia de la Coronación Canónica, dignidad que la iglesia diocesana tenía por
deuda a la Villa de La Orotava desde el año 1951, año en el que se empezaba a
perfilar la idea de la coronación.
25 años no sólo de la simple imposición de unas coronas, al
final, esa es la imagen física, lo externo de algo tan profundo como son los
sentimientos de tantos y tantos que se pusieron bajo tu maternal mirada y bajo
la protección del Santo Escapulario, que como hiciste con San Simón Stock, hoy
nos sigues ofreciendo para al faenar en el mundo con las barcazas de nuestras
vidas, con las falúas sencillas y humildes, pero fuertes y firmes en la
inmensidad de la mar, allí cuando se encuentre embravecido y furioso, cuando
peligre nuestra integridad, seguirá siendo el escapulario de mi madre, el de mi
abuela, ese el que tu le diste a Simón, al que yo me aferre y apriete muy cerca
de mi corazón, porque sé que de tu mano llegaré al puerto firme y seguro de
Jesucristo.
No perdamos la oportunidad de renovar nuestra fe en este año
tan especial para los cristianos entorno al ejemplo entregado de María, María
que coge en La Villa el sobrenombre de Carmen. Ella que nos señala siempre cual
es el camino, Ella que siempre nos dice “haced
lo que Él os diga”, nos pide compromiso y entrega a los demás. Que cuando
desempolvemos los heredados y antiquísimos escapularios, relicarios de la fe,
la tradición y el amor a la Virgen, que cuando limpiemos las ennegrecidas y
argénteas medallas rememoremos aquella constante de cada miércoles de nuestras
abuelas y abuelos, rememoremos y sintamos el amor, la admiración, el embeleso
que la Señora desde su camarín de la parroquia de San Juan y santuario mariano
del municipio, produjo en tantos y tantos que se enorgullecieron de pertenecer
a esta familia carmelita y de haber sido criados en su devoción.
Llenémonos de alegría y de gozo pues es la Virgen la que
ahora nos visita para agradecer al pueblo orotavense los años, los siglos de
amor y de fidelidad a Cristo, y a Cristo por María. Porque aquella calurosa
tarde de julio no solo impusimos unas áureas coronas sino que desde las costas del
Bollullo hasta la magnificencia padre Teide, La Orotava se inclinaba
para honrar y consagrarse entera a su Reina y Señora, a la
Madre de Dios, a su Perla del Carmelo, a su capitana de mares de seda.
¡Abrid vuestros hogares a la par que vuestros corazones a
María Santísima!
Digamos con voz
potente y emocionada… ¡Viva la Virgen del Carmen!
G. C. H.